Editorial

Me hago eco en estos momentos de una gran fuerza planetaria que nos impulsa a transformar nuestras vidas. Es por eso que me arriesgo a hablar en plural, aunque en gran parte estoy hablando de una experiencia subjetiva.

En esta nueva etapa, estamos afianzando nuestros acuerdos entre el Yo Superior de cada uno de nosotros, y la capacidad de concretar, realizar algo, manifestar en este plano de realidad, lo que vinimos a hacer.

Los seres sensibles, hemos trabajado mucho en nuestro interior en estos últimos años. Hemos trabajado duro, en nuestras terapias, meditaciones, oraciones, en nuestros diálogos familiares o nuestros pensamientos. A algunos de nosotros nos ha costado un gran esfuerzo aterrizar en esta tercera dimensión, echar raíces, mantenernos conectados. Pero aprendimos que vale la pena estar adentro de este cuerpo, adentro de esta casa, y habitarla.

Es por eso que esta nueva página tiene un nuevo nombre. Sigo sabiendo que son las conciencias luminosas de nuestros Maestros las que guían el trabajo, y que son nuestras consciencias de luz internas las que deben despertarse. Y con este conocimiento, me siento impulsada con mucha fuerza a concretar ahora en esta tercera dimensión los sueños y anhelos que mi alma me empuja a realizar. Y como siempre ha sido, desde que empecé a trabajar, hace más de 30 años, mi deseo siempre implica ayudar a otros a tirar de sus propios carros. Aún cuando el mío se queda atascado, siempre deseo estimular a otros a mover sus ruedas, sabiendo que algunos llegarán más lejos, más rápido, mas claros, porque así es su destino. Pero el deseo que me mueve hacia esa labor es poderoso, y he decidido hace muchos años obedecerlo.